PicoBlog

Cmo Volver Loco a un Narcisista

Primero, aclaremos el click bait. Comprobé, para mi asombro, que decenas de miles de personas buscan al mes en Google, lindezas como:

como volver loco a un narcisista,
como castigar a un narcisista,
que le duele a un narcisista.

Obviamente, no voy a hablar de cómo volver loco a un narcisista, ni a nadie —¿qué clase de psicólogo sería?—. En lugar de eso, acompáñame en mis reflexiones.

En internet, abundan webs y contenido con narrativas que presentan a las personalidades narcisistas como monstruos destructivos y abusadores, sin matices ni grises.

Esas narrativas, ancladas en el victimismo y el resentimiento —nada sano—, se aferran a la idea de ajusticiar o manipular a aquellos que los han herido. Etiquetarlos como malvados. Quemarlos en la hoguera del juicio moral.

Es innegable que existen casos extremos de narcisismo patológico.

Muchas personas han experimentado un doloroso laberinto emocional con alguna pareja, familiar o compañero de trabajo. Atrapadas en el abuso, el miedo, la manipulación, la devaluación y el sometimiento.

Sin embargo, hoy en las redes, existe una banalización de este término clínico. Cualquier rasgo que produce antipatía o inconveniencia, se etiqueta como narcisista. No hay debate.

Como una “narcifobia”, existe una tendencia a reconocerlos hasta debajo de las piedras, distorsionando a los demás por la paranoia de ser manipulados o abusados.

No todas las personas que exhiben comportamientos o rasgos de personalidad narcisistas, son necesariamente patológicos.

Todos buscamos ser valorados y apreciados. Es parte de nuestra personalidad, íntimamente relacionada con la autoestima.

La clave para que entiendas este tema, es reconocer que existe un espectro o continuo, que abarca desde comportamientos cotidianos y normales, hasta perfiles con patrones más graves y dañinos.

En su forma más benigna, el narcisismo se manifiesta como una dimensión normal de la psique humana. En este nivel existe una autoestima saludable, una sensación de logro personal, y una visión realista tanto de sí mismos como de los demás, manteniendo una capacidad empática.

Es natural tomar decisiones que nos hagan sentir valiosos, tanto para nosotros mismos, como ante los ojos de los demás. Asegurarse que logramos aquello enlazado con nuestras aspiraciones y valores.

Permíteme ampliar la perspectiva, ¿cómo está influyendo el contexto social?

No seamos ilusos: existen unos valores narcisistas imperantes, un entorno de “contagio” que estimula ciertos comportamientos y rasgos.

Vivimos en una sociedad que anima a la competitividad, a sentirse superiores a través del estatus socioeconómico, a la absorción en el placer propio, que alaba el individualismo por encima de todo y que penaliza la interdependencia como signo de debilidad…

Pero, ¿hasta que punto vivimos rodeados de narcisistas realmente?

En esta epidemia de egocentrismo, es crucial reconocer la línea que separa lo normal de lo patológico. Según los estudios, en este nivel se encuentra aproximadamente entre un 0,5% hasta un 6% de la población.

En el nivel patológico, encontramos individuos con una autoestima desproporcionadamente elevada o inestable. Suelen necesitar una admiración excesiva, son especialmente sensibles a las críticas, tienden a la devaluación de los demás, y mantienen un sentimiento de derecho, de tener privilegios sobre los demás.

En sus relaciones, buscan espectadores para su egocentrismo, y pueden ser propensos a explotar a los demás para su propio beneficio, sin mostrar remordimiento o empatía por el sufrimiento que causan.

En el extremo del continuo, el narcisismo maligno, encontramos perfiles con tendencias a comportamientos abusivos, manipuladores, maquiavélicos y potencialmente destructivos en las relaciones, y para la sociedad en general. Todo gira en torno al poder y el control, solapándose con rasgos psicopáticos y antisociales.

No se puede andar diagnosticando a la gente a la ligera. Es relacionalmente dañina esta moda de andar buscando patrones y banderas rojas. Llegará el momento que el filtro impida relacionarse.

Me escriben muchas personas con dudas acerca de si sus seres queridos son narcisistas. Y me contactan también otras, deseando empezar terapia, arrastrando culpabilidad por ser presuntamente narcisistas…

Pero para mi, lo importante es profundizar en las dinámicas de una relación disfuncional, en lugar de etiquetar a las personas. Comprender los roles, los estilos relacionales, los conflictos, los comportamientos que transgreden límites… para poder cambiarlos.

No atrincherarse en el diagnóstico del Otro. La narrativa desde los roles agresor/víctima, impide ver los puntos ciegos propios: aquellos aspectos de uno mismo que perpetuaron la dinámica.

Para bailar, siempre hace falta dos personas.

Descubre las claves de cómo opera el narcisismo patológico en sus relaciones en el artículo más leído de mi blog, con miles de visitas cada mes.

Como Castigan los Narcisistas

Ediciones anteriores de Dinámica Mente sobre Narcisismo y Autoestima:

Todos somos narcisistas

Cómo Mejorar la Autoestima

Si quieres saber más sobre mi trabajo, esta es mi web profesional.

Te agradezco tu tiempo de lectura, espero que esté siendo de tu interés. Son muy bienvenidas las conversaciones por email o Substack (me tomo mi tiempo, pero será un placer responderte).

Si lo deseas puedes compartir este artículo, me encantaría llegar a más personas que tengan realmente interés en estos temas.

Compartir

Un cálido abrazo,

ncG1vNJzZmillaPBprDIp5imoZOWe7TBwayrmpubY7CwuY6pZpynnaR6t7vLr5yrZZyksLB5wGasp2Welr%2BktdKiqq2Z

Almeda Bohannan

Update: 2024-12-04